ACCESO A LA FUNCI?N P?BLICA

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ACCESO A LA FUNCI?N P?BLICA

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Todos los ojos est?n puestos en ellos. En medio de la crisis, cuando el n?mero de parados supera los cuatro millones y gran parte de los ciudadanos teme perder su empleo, las miradas se vuelven hacia los funcionarios. La b?squeda de un trabajo seguro se ha convertido en el objetivo de miles de espa?oles que desean tener un horario reglado, sin horas extras gratuitas, con vacaciones, d?as de asuntos propios y, en muchos casos, ayudas sanitarias, para el transporte o para el estudio. M?s la seguridad de que su trabajo ser? para siempre. Ahora bien, la comisi?n de faltas disciplinarias muy graves puede dar al traste con esta carrera de funcionario, aunque no es una situaci?n habitual. Se tiende a pensar que el empleo p?blico es fijo, pero no todos los asalariados de la Administraci?n disfrutan de un trabajo para toda la vida. Adem?s del personal laboral -que puede tener un contrato de trabajo fijo, por tiempo indefinido o temporal-, tambi?n figura el personal eventual que, en virtud de nombramiento y con car?cter no permanente, realiza funciones calificadas de confianza o asesoramiento especial. Su contrataci?n y cese son libres, aunque, en todo caso, deben dejar su cargo cuando lo haga la autoridad a quien asesoren. La temporalidad de los interinos es similar a la del resto de los trabajadores Entre los funcionarios tambi?n cabe distinguir a quienes lo son de carrera y los interinos. El Estatuto B?sico del Empleado P?blico define a los funcionarios de carrera como quienes, en virtud de nombramiento legal, est?n vinculados a una Administraci?n p?blica por una relaci?n estatutaria regulada por el Derecho Administrativo para el desempe?o de servicios profesionales retribuidos de car?cter permanente. Para adquirir esta condici?n, es necesario superar un proceso selectivo, ser nombrados por el ?rgano o autoridad competente, acatar la Constituci?n y el resto del ordenamiento jur?dico, y tomar posesi?n en el plazo establecido. Muy distinta es la situaci?n de los funcionarios interinos, que se nombran por razones justificadas de necesidad y urgencia para el desempe?o de funciones propias de funcionarios de carrera, cuando hay plazas vacantes que no puedan cubrir estos, para sustituir de manera transitoria a los titulares, para ejecutar programas de car?cter temporal o por el exceso o acumulaci?n de tareas por plazo m?ximo de seis meses, dentro de un periodo de un a?o. Su cese es efectivo cuando finaliza la causa que dio lugar a su nombramiento. Es decir, su temporalidad es similar a la del resto de los trabajadores y, en cualquier momento, pueden perder su empleo. P?rdida de la condici?n de funcionario de carrera Las causas por las que un trabajador puede perder su condici?n de funcionario est?n legalmente establecidas y se se?alan en el Estatuto B?sico del Empleado P?blico. Adem?s de la renuncia y la jubilaci?n, figura la pena principal o accesoria de inhabilitaci?n absoluta o especial para cargo p?blico que tuviese car?cter firme, la p?rdida de la nacionalidad y la sanci?n disciplinaria de separaci?n del servicio, tambi?n de car?cter firme. Cuando la inhabilitaci?n es absoluta, el funcionario pierde su condici?n respecto a todos los empleos o cargos que tenga, mientras que si es especial, s?lo perder? los especificados en la sentencia. Con car?cter excepcional y seg?n las circunstancias del delito cometido, si el funcionario inhabilitado lo solicita, los ?rganos de gobierno de las administraciones p?blicas pueden concederle la rehabilitaci?n. Tambi?n en el supuesto de que el ciudadano pierda la nacionalidad espa?ola, o cualquier otra que le d? acceso a su nombramiento, puede pedir la rehabilitaci?n cuando vuelva a adquirirla y se le conceder? el reingreso. La seguridad con la que cuentan los funcionarios de carrera ha propiciado que, con la profunda crisis econ?mica, no sean pocas las voces que se pregunten por qu? este grupo disfruta de una estabilidad que resulta casi excesiva en comparaci?n con el resto de los trabajadores. Las causas son diversas. Uno de los motivos que justifican que un funcionario de carrera no pierda su condici?n salvo por causas de extrema gravedad son los cambios de Gobierno que, al menos cada cuatro a?os, se dan en el ?mbito estatal, auton?mico o local. Si cada vez que se constituye un nuevo Ejecutivo, una Asamblea auton?mica o un Ayuntamiento, el nuevo equipo pudiera modificar la plantilla de funcionarios, se podr?an dar injustas situaciones de amiguismo, junto con el coste que tendr?a la renovaci?n peri?dica de los trabajadores: necesitar?an un tiempo para aprender las normas del nuevo empleo, con la p?rdida de eficacia que esto supondr?a para la ciudadan?a. Para que esto no suceda, la Administraci?n ha establecido una serie de criterios objetivos para que todos los ciudadanos tengan derecho a acceder a un empleo p?blico de acuerdo con los principios de igualdad, m?rito y capacidad, que se expresan en la publicidad de las convocatorias y sus bases, en la transparencia, en la imparcialidad y profesionalidad de los miembros de los ?rganos de selecci?n, en la independencia y discrecionalidad t?cnica en la actuaci?n de los ?rganos de selecci?n, en la adecuaci?n entre el contenido de los procesos selectivos y las funciones que se desarrollan, as? como en la agilidad en los procesos de selecci?n. Con car?cter excepcional y seg?n las circunstancias del delito, se puede rehabilitar a un funcionario despedido Otro aspecto que se debe tener en cuenta es el tiempo invertido y el esfuerzo que realizan las personas que desean acceder a un puesto de trabajo fijo. En ocasiones, los opositores se dedican a tiempo completo y durante a?os a estudiar para conseguir un empleo como funcionario, por lo que ser?a injusto que, una vez conseguido, pudieran perderlo por criterios que no fueran los estrictamente establecidos. Seis de cada diez j?venes espa?oles quieren ingresar en la Administraci?n P?blica. La estabilidad, los horarios fijos y las pagas extras son los 'ganchos' que justifican esa elecci?n . La estabilidad laboral, la garant?a de un sueldo digno y los horarios de oficina ocupan los primeros puestos en la lista de aspiraciones vitales de millones de espa?oles. Para ellos, estas condiciones se asocian a un fin, calidad de vida, y a un medio, trabajar en la Administraci?n P?blica. Las estad?sticas as? lo indican: seis de cada diez j?venes de hasta 30 a?os prefieren -con el mismo sueldo y estabilidad-, trabajar en el sector p?blico antes que en una empresa privada. Pero no todo es un "para?so", tambi?n este tipo de empleo tiene sus desventajas. La idea de que trabajar en la Administraci?n P?blica se basa en desempe?ar una labor 'f?cil y c?moda' est? muy extendida. El hecho de que al 65% de los j?venes espa?oles les seduzca la idea de ser funcionario no es una tendencia nueva, pero s? sorprende que este fen?meno -que se sigue analizando desde hace una d?cada- se acent?e cada vez entre las nuevas generaciones. En una convocatoria p?blica en la que se ofertan 200 plazas, pueden llegar a presentarse miles de candidatos. Lo que buscan no es ninguna excentricidad: "un trabajo adecuado al nivel de formaci?n, con un horario fijo, a tiempo completo, en su localidad de residencia y de funcionario". "En un mundo gobernado por la incertidumbre, los j?venes valoran y aspiran a alcanzar una estabilidad, pero esto se contrapone a la t?pica postal de riesgo y esp?ritu indomable asociada a la juventud". En Espa?a, uno de cada ocho trabajadores es funcionario. Pero hay comunidades aut?nomas, como Extremadura, donde esta proporci?n es de uno de cada cuatro. Basta con observar el propio entorno personal para comprobar la existencia de este fen?meno. "Si muchos j?venes muestran tal predilecci?n por ser funcionarios, es porque no tienen unas grandes aspiraciones". "No les importa que el puesto no sea muy interesante o que las tareas sean repetitivas. Lo que intentan evitar es una situaci?n donde haya que asumir responsabilidades y donde el mantenimiento del puesto de trabajo dependa del rendimiento". Un deseo, por otro lado, m?s que justificado, ya que el miedo al despido arbitrario es un fantasma recurrente en el mundo de la empresa privada. Sin embargo, la precariedad tambi?n afecta al sector p?blico, donde el 31,6% de los trabajadores tiene un contrato temporal, frente a la que registra el sector privado, donde un 34,4% de los empleados se hallan en esa situaci?n. Una diferencia apenas perceptible. Comodidad, vocaci?n de servicio p?blico y un buen salario, son otras de las razones que los j?venes esgrimen para explicar sus deseos de ser funcionario. Los sueldos se diferencian en funci?n de la categor?a: de los 900 euros de un administrativo a los 2.500 euros de un t?cnico superior, aunque los n?meros tambi?n dependan del tipo de Administraci?n, ya sea estatal, auton?mica o local. Ya en el mundo de la Administraci?n P?blica y una vez que se consigue ser funcionario, la realidad no es la so?ada. "Todos cobran m?s o menos lo mismo, independientemente de que hagan una labor mejor o peor o que su productividad sea mayor. Esta situaci?n representa una clara injusticia frente al resto de los trabajadores que tiene que responder con su trabajo todos los d?as". Para tener en cuenta Los puestos en la Administraci?n P?blica, a diferencia de la empresa privada, ofrecen, en general, mayor estabilidad laboral, seguros m?dicos, salarios ‘dignos’ y pagas extras. La Administraci?n P?blica ofrece trabajos seg?n el nivel de formaci?n del aspirante, con un horario fijo a tiempo completo. La precariedad tambi?n ha llegado al sector p?blico, donde el 31,6% de los trabajadores tiene un contrato temporal. El camino para acceder a un puesto de este tipo es dif?cil: ha画面が切り替わりますので、しばらくお待ち下さい。
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