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Novela del escritor ruso (Ant?n Pavlovic Cechov) (1860-1904), publicada en 1897. Es una de sus obras m?s conocidas, en la que mejor se refleja la vida rusa de fin de siglo. Los personajes son casi todos seres d?biles, contempladores de ideales que saben que no pueden alcanzar, esclavos de la costumbre de vivir. Estamos en una peque?a ciudad del C?ucaso, a orillas del Mar Negro; Laevskij, joven empleado, se hizo trasladar all? para reconstruir su vida hasta entonces malgastada; abandon? la universidad y march? acompa?ado de su amante, una mujer casada. Pero en vez de volver al camino derecho, pasa sus d?as en zapatillas, comiendo, bebiendo, jugando a las cartas y contando historietas. Por lo menos esto afirma Von Koren, en?rgico bi?logo de origen alem?n que le odia cordialmente, declarando que se trata de un elemento digno de desaparecer en nombre de la selecci?n natural. Su rec?proca antipat?a llega a tal punto que Von Koren aprovecha la primera ocasi?n para provocarle a duelo. La noche anterior al duelo es para Laevskij una aclaraci?n de su alma. Evoca todo su pasado in?til, lleno de indiferencia y de mentiras; el temor de la muerte hace renacer en ?l el deseo de vivir, sobre todo de vivir mejor, y, antes de salir de su casa, abraza con ?mpetu a la mujer desgraciada y enviciada a la que hac?a poco quer?a abandonar y que ahora le parece insustituible. El duelo acaba sin novedad, pero la muerte roz? a Laevskij, que empieza una vida nueva. Se casa con su amante y se dedica por completo a su trabajo. Laevskij es una figura t?picamente chejoviana, muy parecida al Oblomov (v.) de Gonch?rov. D?bil e indeciso, hace el mal sin quererlo: toda su repugnancia para con los dem?s no es otra cosa que repugnancia hacia s? mismo. Y para justificarse, intenta convencerse de que sus vicios no son m?s que una fatal consecuencia del influjo de la ?poca y de la ley de herencia. Sin embargo la conclusi?n constituye un elemento nuevo en el pesimismo de Chejov, y la relaci?n entre Laevskij y Von Koren, antagonistas y sin embargo unidos secretamente por un igual deseo de buena voluntad, mientras nos hace recordar el Relato de un desconocido (v.), nos ilumina sobre un motivo menos llamativo pero m?s sustancial de? arte de Chejov: su amor para con sus propios personajes.画面が切り替わりますので、しばらくお待ち下さい。
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