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Caminando entre varias tribus nativas americanas y estudi?ndolas en el siglo XIX, el autor observ? que muchos de los ancianos pose?an un aspecto sereno y bien conservado. Los miembros j?venes parec?an especialmente sanos, con una resistencia innata a ciertas enfermedades y afecciones cong?nitas. Al ver a los miembros de la tribu durmiendo, observ? que todos lo hac?an con la boca cerrada. Catlin reflexion? sobre si este h?bito contribu?a al vigor f?sico del pueblo, e investig? m?s a fondo. Tras aventurarse en los pueblos del Medio Oeste, atestigua que muchas personas que hab?an practicado la respiraci?n bucal durante toda su vida parec?an terribles, y se opusieron profundamente a su pr?ctica. Este libro detalla c?mo se puede animar a los ni?os y a los j?venes a no respirar por la boca, y se?ala lo diferente que parece el semblante facial entre las personas que respiran por la boca y las que lo hacen por la nariz. Hoy en d?a, la noci?n de que la respiraci?n bucal favorece la fealdad o la decrepitud f?sica se rechaza por completo como una idea exc?ntrica sin fundamento. Sin embargo, los investigadores del sue?o han demostrado que respirar con la boca abierta mientras se duerme puede provocar m?s ronquidos y, por tanto, una menor calidad del sue?o y, por ende, de la salud. En general, se puede aventurar que las ideas de Catlin tienen cierto m?rito, aunque su libro sea una exageraci?n. Aunque hoy se le conoce principalmente como pintor y viajero que se convirti? en una especie de emisario de las tribus de las llanuras, George Catlin tambi?n fue un escritor entusiasta aunque ocasional. Admiraba a los pueblos nativos americanos por sus tradiciones y su aspecto distintivo, y se dedic? a pintarlos; su marcado talento hizo que respetaran sus dones, y lo acogieron debidamente con amistad.画面が切り替わりますので、しばらくお待ち下さい。
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