【電子書籍なら、スマホ・パソコンの無料アプリで今すぐ読める！】
1,700 円 （税抜き）
…
el d?a en que el criminal apareci? en mi puerta llevando un samovar en la mano, supe que el destino era irreductible. Fue ah? cuando le di la estocada.≫ En un soleado departamento de la Ciudad de M?xico, habitan tres ancianas: la bobe Anna, la tutta Lena y Modesta, todas ellas sobrevivientes de lo imposible. De pronto, un d?a, alguien llega a comer. Tatiana ha hecho un pacto bajo las jacarandas con su abuela. Una historia est? esperando. El viejo samovar oxidado, perdido en el tiempo, se enciende. La estufa crepita. El aire entra con un vendaval de naufragios y polvaredas, chales bordados, tardes, furias, siestas, y criminales de amores duplicados en el tiempo que resucitan. El samovar funciona como aquella magdalena en la que los recuerdos, los amores, el aprendizaje de saber de d?nde viene una, se van entretejiendo con estas maravillosas voces que pintan los lienzos en los que Tatiana se ir? reconstruyendo. ?Es posible describir qu? se siente recobrar un idioma que se crey? perdido? Y con ese idioma, un mundo; con ese mundo, el propio mundo. Ethel Krauze, con indiscutible maestr?a y musicalidad en el lenguaje, nos invita a pasear por esa Rusia previa a la Segunda Guerra Mundial, por aquel M?xico lleno de posibilidades, y por la vida de tres mujeres que fueron semilla. La cr?tica dice: ≪Sin lugar a dudas, Ethel representa a una generaci?n de escritoras que deciden dejar de ser las musas inspiradoras y objeto del deseo para convertirse en la voz potente que canta al cuerpo amado, al placer carnal, a su propio cuerpo y sus deseos.≫ Dra. Ma. de los ?ngeles Silvina Manzano ≪Antes que un argumento, Ethel Krauze persigue una forma. De ah? que los cuentos de El fragmento impertinente procuren la apariencia de una estatua en mitad de una sala vac?a, o de una dilatada met?fora que nace de una inmensa red especulativa, o de un gesto congelado en el tiempo.≫ Roberto Pliego, Milenio ≪El fragmento impertinente de Ethel Krauze me hizo vibrar, despert? mis sentidos; me hizo reflexionar y volver a mirarme, me hizo despertar al deseo, ?se que nunca quisiera perder. ?C?mo puede una autora dar tanto en tan pocas p?ginas? Desc?branlo por s? mismos y guarden el fragmento cerca de la cama, como libro de cabecera, en el bur?, esperando ser abierto cada noche o cada amanecer.≫ Victoria Dana ≪Posee virtudes raras veces encontradas en la actual literatura mexicana, y definitorias, al mismo tiempo, de la literatura japonesa: sutileza y tersura.≫ Eve Gil (sobre El pa?s de las mandr?goras)画面が切り替わりますので、しばらくお待ち下さい。※ご購入は、楽天kobo商品ページからお願いします。
※切り替わらない場合は、こちら をクリックして下さい。
※このページからは注文できません。